Corre tinta fresca por sus venas
| Autor | Félix Barrón |
La actual generación de jóvenes escritores mexicanos lucha por transformar al mundo a través de sus plumas. Cada uno con su estilo, llegan con nuevas propuestas literarias, motivados por crear formas y espacios para difundir su arte.
Actualmente se desarrolla en Monterrey el curso Creación Literaria para Jóvenes 2011, organizado en conjunto por la Fundación para las Letras Mexicanas y la Universidad Metropolitana de Monterrey.
Treinta y dos escritores de todo el País, de 18 a 24 años, entre dramaturgos, poetas, narradores y ensayistas, se reúnen desde el lunes y hasta el próximo viernes para compartir sus trabajos. Aunque sus inquietudes son muchas, lo principal son sus ganas de escribir.
HAMBRE DE EXPRESAR
Para el capitalino Daniel Malpica, de 22 años, existe hambre de expresión.
"Es importante hacer saber que joven no significa adolescente, que también hay disciplina, trabajo y seriedad en lo que se está haciendo", expresa el estudiante de la Licenciatura en Historia por la UNAM.
La dirección de estas nuevas generaciones, analiza el poeta, va centrada en la búsqueda de nuevas posibilidades para mostrar los diversos géneros literarios.
"De alguna manera, los géneros nos han quedado cortos, y en este quedar corto es donde los jóvenes están cruzando las barreras a puntos tal vez inefables", dice, "existe un esfuerzo de mostrar nuevas posibilidades de pensar al mundo, de sentir.
"Más que en realidad buscar un lugar o cierto reconocimiento, es buscar una transformación social, una transformación de las bases".
TRAS NUEVOS TEMAS
A sus 21 años, Darío Zalapa, de Morelia, sigue buscando un estilo propio en sus narraciones.
"Me gusta trabajar más en lo experimental, dejar a un lado la estructura típica del cuento y meter algunas variaciones que den un enfrentamiento diferente del lector con el texto", señala el joven, quien estudia en la Escuela de Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo.
Para Zalapa existe esa inquietud por buscar nuevos temas.
"Más que un oficio uno lo hace por placer. Para mí sería irritante enfrentarme con esa realidad todos los días (de violencia) y llegar a escribir sobre eso. Prefiero no meterme. Hay más temas, lo que importa es cómo lo digas, porque luego caes en el amarillismo", señala.
Con él coincide Óscar Grajeda, cuentista de Hermosillo.
"Creo que la literatura mexicana se concentra en todos los movimientos sociales que están ocurriendo actualmente, pero creo que...
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