Cony Delantal / Opciones en la periferia

AutorCony Delantal

Lo prometido es deuda. Ora sí salí de mi burbuja y te tengo chisme de lo que me encontré rumbo al infinito y más allá.

Empiezo por un restaurantito italiano muy mono que ya me habían recomendado en la Colonia Cuauhtémoc. A mí se me hizo ancasalarretostada, pero las de aquel lado del planeta me dirán que todo depende de dónde estés parada.

Se llama La Dolce Italia y es un oasis sobre la calle Alondra, esquina con Famosa, cerca de Nogalar y casi enfrente del Home Depot, en una zona que se ve es de muchas empresotas. De hecho, es muy frecuentado por los ejecutivos de Ternium y otros tantos que han descubierto esta joyita cerca de sus chambas.

El dueño no es el típico muchacho italiano que vino a casarse, ni todos esos rollos que mezclan ragazzos y regias en novelas mexitálicas con final de lasaña y tiramisú. Nuestro anfitrión es producto nacional y más bien su historia es simplemente de sabor y buen servicio. Lo italiano le nace en la estufa y se lo gana en el plato.

Realmente me sorprendió por rico, vasto y bien presentado. Qué gacha, pero no me lo esperaba. Digo, tampoco creas que está muy baratito. Otra vez qué gacha, pero pensé que iba a matar víbora en viernes por la zona a la que me mandaron. El pollo farcito me costó $160, pero no fue ninguna farsa, realmente desquitó. Y el maremonte, $190, mare mía, ¡qué rico! Ni se diga el tiramisú (de $40), de los mejorcitos que me han tocado.

De no ser porque de San Nico a mi casa hay toda una aventura extrema de distancia, mi marido y yo nos habríamos quedado ahí a seguirla con otra copita de vino y más chorcha, porque realmente la estábamos pasando a todo dar con el trato. El mesero nos tenía súper bien atendidos, pero la noche amenazaba y yo no quería regresar a San Pedro a saludarlo en persona.

El único trato que tendría que objetar es el de la silla, que se portó un tanto grosera con la retaguardia. Aunque le dan un atractivo toque de sencillez europea, no les caería mal un cojincito a esas sillas jardineras de puro fierro frieganacha.

No marcha

Ahora que anduve recorriendo el hemisferio norte y su gastronomía, me fui a meter a Plaza Fiesta región 4, que hicieron los mismos de Plaza Fiesta San Agustín en la Avenida Manuel L. Barragán, y entre todos los restaurantes que aloja (Chili's, Nikkori, Cabo Grill, El Diego, Italianni's, Peace & Love) me llamó especialmente la atención uno afrancesado de nombre Le Marché (El Mercado), que por fuerita se veía muy atractivo en su decoración.

Ya me había...

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