Cony Delantal / Por fin el Barezzito
| Autor | Cony Delantal |
Tras pasar un año vestido y alborotado, por fin abrió el mentado Barezzito en Amazonas y Tamazunchale, a una cuadra del Centrito Valle.
Es una cadena guatequera que nació en Guanajuato y maneja diferentes tipos de restaurantes en otros 10 estados, pero llegó a Maurilandia y se topó en pared con permisos y trámites. Seguramente aquí se les atragantó tanta "zz" en el nombre y así sucedió una eternidad con la mesa puesta y el sushi en la congeladora.
Después de toda esa expectativa, mi marido no se quería ni bajar del carro porque el valet parking le cobraba 70 pesos por recibirlo. Dos veces le abrieron la puerta y dos veces la volvió él a cerrar de porrazo como niño berrinchudo, hasta que intervine yo con un buen pellizco en lo blandito. Óyeme, no friegues, ¡ya entrégales el carro! Tengo un año queriendo conocer el changarro y además acuérdate que cuando te asaltan no debes oponer resistencia.
Y es que literalmente es un atraco en despoblado. Obviamente que no necesitas a nadie para acomodarte en un estacionamiento prácticamente vacío, pero hazle como quieras, los 70 pesos son por cajón y de cajón. Llámale cover, aportación, cuota, derecho de piso o como más te plazca.
Claro que, después de la bailada que le dio de bienvenida el valet y la marca en 3D que le imprimí en la jabonera con mi convincente pinchazo a dos dedos, mi maridito puso en marcha su propia operación "rápido y furioso". En pocas palabras, entró encabritado y ya con ganas de irse.
Sin embargo, poco a poco se le fueron bajando los humos, porque el lugar tiene su encanto y, finalmente, la comida no está tan cara como se imaginaba. Obviamente se desquitan con la beberecua, pero si te vas medidita y cenas más de lo que tomas, sales de ahí con la cartera aún latiendo.
Está claro que este Barezzito es lo que su nombre indica, pero aún así se defiende con la carta, que está especializada en sushis (de entre $80 y $85) e incluye algunos taquitos de carne (entre $60 y $95 la orden con 4), además de las típicas entradas y botanas.
Como están empezando, nos tocó un restaurante que apenas pintaba de comensales y un ejército impresionante de meseros y capitanes a nuestro servicio. Y tengo que destacarte que jamás fueron encimosos y sí muy efectivos. La cena llegó en un santiamén.
En cuanto a sabor, digamos que cumplen. Toleras la comida gracias a que el lugar luce encantador en ambiente y ambientación. La iluminación es destacada. La barra, wow, preciosa, y la disposición de espacios, muy...
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