Convierte a la Mara en novela

AutorSilvia Isabel Gámez

EL NORTE/ México

MÉXICO.- En la frontera sur de México habita el demonio, encarnado en una "drag queen" a quien la Mara Salvatrucha rinde culto. Su nombre es Ximenus Fidalgus y gobierna sobre el río que da entrada al infierno: el Satanachia.

Rafael Ramírez Heredia construyó este personaje con retazos de los brujos y magos de la zona, aquellos que visitó con la cara sucia y los ojos bajos, vestido de mezclilla y con un sombrero de palma, tratando de disimular lo que era, un escritor en busca de una historia.

Así recorrió también, en compañía de algún amigo, las sucias calles de Tecún-Umán, el pueblo fronterizo guatemalteco, entró a los prostíbulos y preguntó en los bares dónde podía encontrar a la Mara, la banda de delincuentes centroamericanos que por entonces, hace tres años, aún no era considerada un riesgo para la seguridad nacional.

Con miembros de la banda, asistió al ritual de iniciación "Mara 13", donde el aspirante a pandillero recibe durante 13 segundos "golpes asesinos", bautizo que en su novela "La Mara" convierte a Giovani en compañero del Yoni, de Yaqueline, del "Lagrimitas", hermanados por la pobreza, la degradación, la muerte, la incultura, y por tres manchas negras en los nudillos que significan "la vida loca".

"Los mareros están dispuestos a morir o matar en cualquier momento; son canallas auténticos, sin conciencia", afirma el escritor. "Todo joven miserable que no tiene salida se vuelve mara, por eso se reproducen como hongos, porque Centroamérica está habitada por seres hambrientos, producto de la miseria. Ahora calculan que son 300 mil, pero irán creciendo".

El abandono en que el Gobierno tiene a la frontera sur ha convertido a la región chiapaneca del Soconusco en un territorio donde abunda la droga, la prostitución, el dengue y el sida, sostiene Ramírez Heredia, quien para escribir su novela realizó ocho viajes a Tapachula, Tecún Umán (la "Tijuanita" de Guatemala), Honduras y El Salvador, en los que reunió 70 cuartillas de información.

"Como no podía llevar grabadora ni libreta, en mis recorridos iba memorizando las palabras y, cuando llegaba al hotel, las grababa o tomaba notas. Muchas veces ni siquiera hacía preguntas, me sentaba a beber una copa y oía las conversaciones", recuerda el autor de novelas y cuentos como "Con M de Marilyn" y "La Condición del Tiempo".

El resultado fueron 400 cuartillas de prosa desbocada que constituyen una novela polifónica en la que se suceden las voces de los personajes, sujetos a una...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR