Consuelo de los afligidos

AutorDaniel de la Fuente

"Voy a pasar por la vida una vez. Cualquier cosa buena que pueda debo hacerla ahora, porque no pasaré de nuevo por ahí".

Consuelo Bañuelos suele citar a la Madre Teresa de Calcuta. La hoy directora de la asociación Promoción de Paz reúne en su bolso un puñado de frases que tienden a inspirarla en su labor de más de 15 años: brindar aliento y orientación a personas en cárceles, centros de rehabilitación, escuelas y barrios bravos.

Y es que, contrario a otros, la especialista en desarrollo humano no cree en la maldad de la gente, sino en personas que cargan con un dolor supremo y que, al no saber encauzarlo, producen acciones violentas.

Así lo comprobó con Miriam, a quien conoció en un penal y que es uno de los casos difíciles que ha tratado.

"Ella mató a sus padres, algo que no justifico, pero que entendí", cuenta la promotora regiomontana en el porche de las oficinas de su asociación, en Mitras Centro, el día de su cumpleaños 48, el pasado 13 de septiembre.

"El padre la violaba y la mamá lo consentía, lo que generó un odio tal que un día los mató a golpes. La misma fuerza que podemos usar para cosas bellas y positivas, si se alimenta de violencia claro que sale algo negativo".

El director del reclusorio se la encargó personalmente: Miriam golpeaba a todas, con nadie se llevaba. En el primer encuentro, evoca ella, hubo rechazo, pero bastó un rato para hacer conexión y, enfatiza, "entender su alma".

El objetivo en la conversación con estas personas en las llamadas salas para la paz, afirma Consuelo, es orientar. Para ello, se empieza por la historia de la persona. Las etapas del proceso son como las del duelo: primero negación, luego coraje, más tarde la de negociar con lo que la persona hizo. Sigue perdonarse, la liberación y el proceso de expiar culpas con serenidad.

"Todavía estoy yendo con ella", comenta Consuelo, con una sonrisa que rara vez pierde. "Me ayuda a mí también. Me ubica. Es facilísimo dispararse en esto del apoyo, de emprender cosas que no son posibles".

El director operativo de Promoción de Paz, Gabriel Ordaz, a quien Consuelo conoció hace años cuando él venía de estar preso en cárceles y en la droga, retrata a ésta como alguien que se ofende hasta las lágrimas al ver maltratos o desigualdad.

"Le da mucho coraje la agresión a quien menos tiene", afirma. "Toda su vida la ha dedicado a los derechos humanos, pero le sigue doliendo igual aunque, como ella dice, llora cinco minutos y luego se pone a trabajar para que esa...

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