Al cerebro le 'entusiasman' las novelas

AutorCarlos Daniel Riojas

Las emociones generadas al leer una buena novela pueden acelerar el ritmo de tu corazón, hacerte experimentar sensaciones físicas, como frío o calor, o estimular un movimiento corporal, debido a la afectación bioquímica en el cerebro.

Pero ¿pueden cambiar?

Estudios como el publicado en 2006 en NeuroImage, especializado en la función cerebral, demostraron la capacidad del cerebro de asociar palabras con sensaciones gracias a la observación vía resonancia magnética funcional (IRMf).

Esta técnica, que mide la actividad de las distintas zonas del cerebro mientras se lee, permitió conocer, por ejemplo, que en los sujetos de estudio la corteza cerebral responsable de procesar olores se activaba al exponerlos a palabras como lavanda, perfume o canela.

Por otra parte, la zona encargada del movimiento corporal se activaba al darle al lector frases como "Luis tomó el objeto" o "Miguel pateó el balón", con la precisión de concentrarse en la parte de la corteza encargada de la motricidad de manos o pies, según la frase.

Por eso, los aficionados a la lectura han afirmado siempre que esta actividad "los transporta" a una situación casi palpable o "los convierte" en un integrante más de la trama o, más dramáticamente, "los cambia" para siempre, lo que coincide con lo que ahora se sabe: esta empatía generada en el cerebro es más que momentánea.

Historias que permanecen

Más allá de las sensaciones que se experimentan específicamente durante la lectura, los neurocientíficos han querido descubrir qué consecuencias, rastros o actividades químicas permanecen en la cabeza después de terminar una novela.

En un estudio publicado por la revista Brain Connectivity, investigadores de la Universidad de Emory, en Atlanta, concluyeron que el leer una novela podría provocar cambios prolongados en la conectividad en reposo del cerebro.

"Las novelas dan forma a nuestras vidas y, en algunos casos, ayudan a definir a una persona", explica el neurocientífico Gregory Berns, autor principal del estudio y director del Centro para Neuropolíticas de la Universidad de Emory.

"Queremos entender cómo los escritos se meten al cerebro".

El estudio se enfocó en los efectos neuronales prolongados al leer narrativa. En el experimento, realizado en el curso de 19 días consecutivos, participaron 21 alumnos de licenciatura de aquella universidad, los cuales leyeron la misma novela: "Pompeya", un thriller de Robert Harris del 2003 basado en la erupción en la vida real del Monte Vesubio en la...

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