Autoedición esa aventura

AutorTeresa Martínez y Gilberto Guardado

Cumplir con el famoso dicho de escribir un libro se ha vuelto tan accesible como plantar un árbol, pues internet ofrece plataformas que hacen más fácil la autoedición: sólo se requiere creatividad y una computadora para tener ese hijo literario.

Escribir en un blog, subir un libro electrónico o solicitar los servicios de sitios dedicados a la impresión controlada de ejemplares son opciones de las que el escritor ya puede echar mano, además de acudir a editoriales comunes.

La versión impresa y electrónica

Rosa María Villarreal ya ha publicado libros con editoriales. Aunque no es explícita en sus experiencias, denota cierta insatisfacción al tratar de indicar las desventajas de los sellos.

"Quería publicar un e-book, ahora... es que no he tenido muy buenas experiencias con los sellos, es más, nadie...", dice, pero se entusiasma al contar cómo autoeditó su novela El Vestido de Salma, publicada a través de Amazon Kindle.

El Vestido... es una novela divertida y corta sobre una persona pasada de peso obsesionada en adelgazar para poder usar un vestido que utilizó su actriz favorita, cuenta la también poeta y periodista.

"La autoedición la elegí porque me pareció más efectiva para lograr un mayor alcance de público. También es más factible que depender de que las editoriales te aceptan la obra", agrega.

Amazon aceptó su novela en tres días, lo que es poco en comparación a los meses que los grandes sellos editoriales tardan en dar resultado. Además, su inversión fue módica: sólo pagó a un diseñador, a un traductor que realizó una versión en inglés, y ella misma corrigió el texto.

"Con las editoriales es más tardado y cuando (el título) llega a librerías a veces no se encuentra en la mesa de novedades. En cambio aquí (en Amazon) puedo ver cuánta gente lo ha visto y comprado. Son estadísticas que una librería no te ofrece", contrasta Villarreal, quien recomienda esta plataforma.

"Creo que la gente debería tener ahí sus obras. Sí es una herramienta que hay que usar. El mercado del libro impreso va a estar por los siglos de los siglos, pero debemos asumir que el mundo está cambiando, ya todo es digital".

Los recursos salen del bolsillo del creador, pero la obra puede resultar como se desea, apunta por su parte el escritor Felipe Montes, quien también describe su propia experiencia.

"A menos que haya errores, impaciencia o improvisación, pero de no ser así, el libro podrá quedar muy cercano a lo que uno quiere", expresa el autor de El Enrabiado y sabe de lo que habla: la impaciencia de contar con un libro lo llevó a autoeditar su poemario Casa Natal (1996). Sin embargo, tuvo tan mal tino que la impresión le resultó costosa y el resultado no fue el mejor.

"Lo mandé con un impresor novato que tardó varios meses en darme el trabajo mal hecho. Tuve que invertir otra vez y contratar a un impresor de verdad que dejó el libro en la versión que todos conocen".

Sin embargo, el libro autoeditado llegó a manos de los seres queridos y público local, pero los ejemplares no llegaron muy lejos porque el escritor no contó con el aparato de distribución de las editoriales.

En cambio, ahora existen opciones digitales que facilitan el trabajo al escritor, desde el diseño hasta la difusión de la obra.

"Con la virtualidad el escritor se independiza de las editoriales", afirma Montes.

Tal vez en internet no haya una selección rigurosa de obras dictaminadas por un consejo, como en algunas editoriales. No obstante, eso permite la presencia de una diversidad de lecturas para un público igual de variado. Entonces, lector y autor seleccionan, respectivamente, qué leen o crean de acuerdo a sus preferencias.

"Es como en la antigüedad, cuando el...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR