Aute: Con premeditación, alevosía y ventaja

AutorEdith Falcón

Aventurero en todos los caminos de la vida; pintor y dibujante de profesión; cineasta aficionado; poeta y cantor por excelencia... es Luis Eduardo Aute.

No hace falta verle los ojos para reconocer al imaginador que tiene alas que se agitan solas. Vía telefónica desde Madrid, el cantautor filipino, pero español por convicción, habla de sus amores y temores; su política y película más reciente; sus mujeres y mejores composiciones; su alevosía y una que otra ventaja... su México.

Alevosía no es su disco más reciente (1995), pero sí el que ahora suena en México, por ser tema de la telenovela Amores, Querer con Alevosía, pero en su carrera lleva más de 20 producciones editadas.

"De hecho, había rechazado un par de ofertas para musicalizar series en España, porque no me parecían interesantes, pero el tema de esta serie me llamó la atención y acepté que se pusiera en los créditos".

En su música, igual evoca a la noche que a las mujeres; a Hemingway y Cuba; a Paul Eluard o lo invisible. Es tan amplio su abanico temático que logra que sus canciones de antaño parezcan nuevas.

"Todos mis cantos se reducen a una sola palabra: la vida, y la vida tiene una cantidad de matices infinitos. El amor, la muerte, alegría e imaginación son sentimientos muy primigenios, pero son parte de la vida.

"Hay algunas canciones que tienen claves generacionales, que son cosas que le han ocurrido a mi generación y me llama la atención que los jóvenes las canten y las entiendan perfectamente".

EL ARTISTA

Antes de dedicarse a la canción, Luis Eduardo -como lo llaman sus amigos- era un joven que había presentado obras pictóricas en la Bienal de Sao Paulo. También incursionó en cine como ayudante de dirección.

"En mi juventud era pintor de profesión, pero el destino me cambió, aunque nunca dejé la pintura totalmente. En 1967 llegó el éxito con 'Rosas en el Mar' y 'Aleluya', que interpretaron otros cantantes. Y luego de pensarlo bien, decidí escribir canciones".

Pero Aute pertenece a un todo y se autonombra incapaz de dejar lo sutil de la música y poesía, lo concreto de la pintura o lo mágico del cine. Por eso, prefiere convivir con cuatro de las bellas artes.

"Escribir poemas es una consecuencia lógica de escribir canciones. Es un poco la misma familia, aunque son géneros diferentes. La poesía es consubstancial a mi vida. El cine y la pintura son parte de mí".

Luego de cinco años de trabajo, recién terminó un largometraje titulado Un Perro Llamado Dolor: El Artista y su Modelo...

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