Ascienden en busca de Niluyarilu

AutorDavid Díaz

Fotos: David Díaz

Desde tiempos inmemoriales, los hombres de las riberas del Grijalva suben en peregrinación a las montañas de los Altos de Chiapas a buscar una flor silvestre (una bromelia roja) con la que adornan los nacimientos y arman "la casita" en donde nacerá el niño Jesús el 24 de diciembre.

Es la flor silvestre de Niluyarilu, "la flor del niño", en lengua chiapaneca.

Ascienden de Chiapa de Corzo, Villa de Acala, de Chiapilla, de 20 de Noviembre y San Lucas, entre otras comunidades de la antigua región de los Chiapas. Cada grupo por su lado y por diferentes rutas.

De Chiapa de Corzo peregrinan más de 500 hombres, en su mayoría jóvenes, que caminan sobre la montaña un aproximado de 80 kilómetros; un recorrido que parte de los 350 metros sobre el nivel del mar y trepa a los 2 mil 500 de los fríos bosques de pinos y encinos de Mitzitón, arriba de San Cristóbal de las Casas.

En el caso de Chiapa de Corzo, el viaje ritual parte el 14 de diciembre y tiene una duración de ocho días.

La procesión va presidida por "El Patrón" y sus asistentes, acompañados por los músicos de tambor y pito, que cargan en un pequeño cofre de madera la imagen de un niño dios, "El Niño Florero", a quien se le rinde devoción en puntos claves del viaje.

Después de visitar al panteón en donde yacen los antiguos Patrones y rezar al Niño Florero en la iglesia del Calvario de Chiapa de Corzo, los peregrinos de la flor o "floreros", como se autonombran, caminan ordenadamente a las montañas.

Van a reiniciar una costumbre que mezcla el culto de la Navidad cristiana con la veneración al sol y ciertos rituales de iniciación de los jóvenes a la vida madura (todo mezclado con dosis de disciplina y endurecimiento) que seguramente practicaban en la época precortesiana los chiapanecas, pueblo de carácter guerrero, según Bernal Díaz del Castillo.

Los floreros recorren el viaje a pie por una abrupta serranía, y después de buscar y cortar la flor forman bultos (tercios de docenas de bromelias) hasta de 35 kilos de peso los mayores y bajan a Chiapa de Corzo cargándolos en la espalda.

Tercios que llegan a pesar "como bolsas de cemento" y deben ser trasladados por veredas pedregosas sumamente resbaladizas con cualquier llovizna.

Los hombres, principalmente adolescentes, sufren una dura prueba de resistencia y valor observando reglas que si llegan a infringir son sometidos al escarnio público, castigados por el Patrón.

Duermen casi a la intemperie, comen a medias y deben mostrar...

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