Arquitectura bajo el sol

AutorDolores González

Existen múltiples elementos arquitectónicos para combatir el calor.

Si bien en la Ciudad se ha vuelto común utilizar aislantes térmicos, como el poliestireno, en otros lugares cálidos se emplean materiales y diseños de construcción que evitan la invasión del clima al interior de la vivienda.

Aunque algunos de estos son difíciles de adaptar en Monterrey, bien pueden servir de inspiración para alguna innovación.

Chimeneas a la antigua

En las zonas rurales de Medio Oriente se distinguen los menhires, unas torres de piedra que sobresalen entre el terreno árido de países como Iraq y Arabia Saudita.

Similar a una chimenea, un menhir es una torre con un muro a la mitad y dos huecos: una entrada y una salida.

"Entra el aire por un lado, baja por la torre hasta el sótano y en el proceso se refresca.

"Luego cuando se caliente, el aire mismo sube y sale por el otro lado", explica Mauricio Porte, investigador urbano de Urbis Internacional.

Esto implica que al menos una parte de la vivienda se encuentre subterránea.

Una adaptación contemporánea de este mecanismo se realiza con tuberías, en lugar de torres de piedra.

Se coloca un extremo afuera de la casa para que pase por debajo de la vivienda y desemboque en el sótano.

Sin embargo, obvio, este sistema debe estar planeado desde antes de iniciar la construcción.

Además, lo ideal es que se cuente con un terreno extenso por el que pasará la tubería subterránea.

Calles estrechas y vecinos cercanos

En los países del Mediterráneo, donde el sol irradia calor pero el aire que circula no es tan caliente, sino que es fresco por su cercanía con el mar, lo que se busca es crear sombra.

Es por esto que en Grecia y la región andaluza de España las calles son bastante estrechas y no hay espacio entre las casas vecinas.

De esta manera, son las mismas viviendas las que esconden la calle del sol.

"El aire, que está fresco, de todas maneras pasa por ahí y no tienes el sol encima", detalla Porte, de Urbis.

En cambio, en Monterrey donde según la estación metereológica del Aeropuerto Internacional la velocidad promedio del aire anual es de apenas 13 kilómetros por hora, la situación es bastante distinta.

Aunque el concepto se puede adaptar en zonas urbanas con alto tránsito peatonal.

Por ejemplo, evitar los terrenos baldíos en el centro de la Ciudad para que los mismos edificios provean de sombra a...

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