Anne Hathaway: Adiós a las princesas

AutorEugenio Guzmán

Con su carrera, Anne Hathaway confirma que las niñas buenas también tienen manías, pasiones y adicciones. Por supuesto.

La actriz de 28 años fue una princesa de Walt Disney en las dos cintas El Diario de la Princesa (2001, 2004), pero de pronto ya era la esposa de un vaquero gay con el que se acostaba en el asiento trasero en Secreto en la Montaña (2005), y más tarde se convertía en la asistente atormentada de El Diablo Viste a la Moda (2006).

La Academia la reconoció con una nominación por El Casamiento de Raquel (2008), en donde se transformó en la hermana alcohólica, conflictiva y celosa de una novia feliz.

Este inicio de año, Hathaway les da vuelta a las páginas de sí misma para interpretar a una joven con inicios de Parkinson en la comedia romántica De Amor y Otras Adicciones (Love and Other Drugs, 2010), que será estrenada el 21 de enero.

Maggie, su personaje, está decidida a no enamorarse, pero sí a disfrutar una relación sexual con un vendedor de Viagra interpretado por Jake Gyllenhaal.

La cinta garantiza desnudos, comedia ácida y una reflexión acerca de si el sexo casual puede evolucionar en amor. Es decir, situaciones y temas por los que alguna vez transitan, también, las niñas buenas.

SENSUALMENTE SEGURA

Para meterse en la piel de una joven enferma de Parkinson en De Amor y Otras Adicciones, Hathaway investigó los efectos que las medicinas para controlar este padecimiento tienen en el cuerpo humano.

"Descubrí que te mantienen delgado de una forma fibrosa. Así que ése es el cuerpo que tuve que crear para el personaje. Trabajé muy duro para obtenerlo porque no es mi físico natural", comenta la actriz en las hojas de producción del filme.

Gracias a esta preparación, añade, obtuvo la figura más firme que haya tenido en su vida, un detalle muy favorecedor para las escenas de desnudos.

"Cuando llegó el día de hacer el desnudo, simplemente supe que había hecho todo lo que pude. No quería permitir que ningún complejo sobre mi cuerpo se interpusiera en el camino de disfrutar la experiencia o contar la historia".

Hathaway asegura que estar expuesta a las cámaras y al constante juicio de la gente y de los medios no le generan presión para mantenerse delgada.

"No tengo un cuerpo perfecto, pero no me importa porque me gusta lo que hace mi cuerpo y me gusta sentir mi cuerpo. Creo que nos estamos alejando de la idea de que sólo hay una manera de verse. A las mujeres se les ha motivado a manipular sus cuerpos desde hace muchos años y a verse...

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