María Amparo Casar / El potencial del gasto público

AutorMaría Amparo Casar

El próximo domingo tendrán lugar las elecciones de Edomex, Nayarit y Coahuila. Terminada la temporada electoral -sólo queda pendiente la Gubernatura de Michoacán en noviembre- la escena política nacional quedará dominada por tres eventos: el probable periodo extraordinario en el Congreso, la discusión del presupuesto para el 2012 y la intensificación de la carrera presidencial.

Los tres pueden aprovecharse como oportunidad para que partidos y (pre) candidatos fijen posiciones respecto a la agenda nacional. Nada mal estaría que tomaran como punto de partida el Índice de Desarrollo Humano -un conjunto de indicadores que han logrado convertirse en la medición universalmente aceptada para evaluar el progreso social de las naciones- que en días recientes se dio a conocer.

En sus discursos de presentación, Magdy Martínez -representante del PNUD en México- y Rodolfo de la Torre -coordinador del proyecto- resumen los principales hallazgos del Informe. Ellos hablan por sí solos.

Primero, México es, en efecto, un país de renta media, pero tiene una condición dual que sitúa al País "entre el centenar de países pobres y muy pobres y el medio centenar de países prósperos y muy prósperos". Un país en el que poco más de la mitad de la población avanza y poco menos de la otra mitad queda en la exclusión.

Segundo, los subsidios generalizados son altamente inequitativos, pues siguen la misma lógica de aplicar soluciones idénticas a necesidades desiguales. El ejemplo de la gasolina es uno de los más reveladores: México gasta cada año cuatro veces más en subsidiar el combustible que en todos los programas para combatir la pobreza.

Tercero, la Cámara de Diputados aprueba transferencias del 40 por ciento de los recursos presupuestarios al 20 por ciento de la población más rica. Los dos ejemplos que proporciona son reveladores. El 80 por ciento de los apoyos públicos al campo se otorga al 10 por ciento de los productores con más tierra. Los trabajadores de una empresa paraestatal reciben más de 17 mil 500 pesos mensuales de apoyo gubernamental a su pensión, mientras que a los adultos mayores en zonas rurales se les otorgan 175 pesos, o sea, 100 veces menos.

Cuarto, las transferencias a las entidades federativas han paralizado el crecimiento de los ingresos propios y desincentivado el esfuerzo fiscal de los municipios. Por añadidura, el gasto público en los estados tiene un importante componente de discrecionalidad y carece de mecanismos medianamente eficientes de...

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