Alfonso Elizondo / ¿IFE privatizado?

AutorAlfonso Elizondo

A sólo un día de las elecciones presidenciales, el único elemento visible es la incertidumbre.

Paradójicamente, esto indica que el Instituto Federal Electoral es una institución sólida, con alto grado de credibilidad, y que la democratización de México ha sido un proceso irregular que sólo ha podido permear a los procesos electorales. Todas las demás instituciones nacionales no han evolucionado y parece que no se han enterado de la globalización, ni de las transformaciones de la sociedad mexicana en los últimos 50 años.

A principios de los años 30, la Revolución había dejado una sociedad fragmentada en diversas facciones que eran lideradas por unos cuantos caudillos después de la prolongada lucha interna. Aunque la Constitución de 1917 había proporcionado las bases de una institución política republicana con tres poderes autónomos, la mayoría de las instituciones que regirían la vida económica, cultural y social de México apenas se formarían hasta el sexenio de Lázaro Cárdenas (1934-1940).

Estas instituciones correspondían a una sociedad rural, donde la industria era incipiente y las áreas urbanas tenían un desarrollo mínimo. La industriosa ciudad de Monterrey tenía menos de 100 mil habitantes y la Cd. de México no alcanzaba el millón. Eso propició que las instituciones de entonces tuvieran como blanco central el desarrollo agropecuario, la explotación de los recursos naturales y la industrialización y comercialización de ambos.

El Estado creó infinidad de instituciones que construyeron sistemas hidráulicos regionales y caminos rurales, aumentaron la red ferroviaria, invirtieron en puertos marítimos y aéreos, crearon bancos que financiaran la actividad agropecuaria y de minería, empezaron a construir las primeras refinerías, fomentaron la producción de azúcar y ejercieron el presupuesto más alto de la historia para promover la salud, la educación, la tecnología, la cultura y la actividad artística.

El resultado fue un periodo de prosperidad que abarcó de 1934 a 1968 en el que hubo un crecimiento económico sostenido, sin inflación y sin aumentar la deuda externa. Sin embargo, para principios de los años 70 México ya era una sociedad industrial, y sólo dos décadas después, el sector de servicios era el más importante, con una contribución al PIB mayor del 70 por ciento y el País se había convertido en una sociedad postindustrial.

A pesar de que las cifras macroeconómicas evidenciaban los grandes...

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