Admiran visión global de Koudelka

AutorJessica Castañeda

Como hambrientos de una nueva mirada, sin detenerse, decenas de asistentes a la inauguración de "Retrospectiva" inundaron las salas del Marco dispuestos a llenarse hasta la saciedad con las visiones de Josef Koudelka.

Maya Santos fue atraída por el campo mágico que ha generado la complicidad entre el fotógrafo, de origen checo y nacionalizado francés, y los pedazos de mundo que le ha tocado pisar.

"Pasaba por afuera del museo y vi mucha gente, le dije a mi amiga: 'Vamos a ver qué es', ¡y no manches!, no sabía que estaba la exposición", comentó la estudiante de sociología, luego de haberle pedido al trotamundos colector de imágenes su firma en uno de los folletos del museo.

"Vi su trabajo en la Ciudad de México y es un señorón. Me dio gusto que viniera porque pensé que tal vez mandaría a alguien".

Lo que a Maya, de 22 años, le atrae de los trazos de luz de Koudelka es que son la realidad, ya sea triste, dura o amable, que vivió detrás de una lente. Ahí no hay vodevil.

Y no puede haberlo siendo el fotógrafo como es, un humanista que dispara a quemarropa nada más que a lo que se le planta en el camino.

"¡Jesús! ¡ No lo puedo creer!", exclamó Koudelka totalmente sorprendido al ver entre su público a Larry y Jane Reed, un par de amigos que conoce desde 1980 y que vinieron a Monterrey de San Francisco sólo para estar con él en ésta su noche.

Luego de fundirse en un abrazo, Jane atinó a describir a Josef como un ser humano profundo y complejo.

"Es como sus fotografías", dice la curadora de fotografía independiente, "creo que las...

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