Los abuelos de los Barrios

AutorGabriela Villegas

No son cronistas ni historiadores, pero en su lúcida memoria atesoran la transformación de las calles del Primer Cuadro de la Ciudad. Son los abuelos del Centro de Monterrey, quienes hoy celebran el Día del Adulto Mayor añorando aquella Ciudad de muros de sillar y vigas de madera, de aventuras al tratar de cruzar el Río Santa Catarina y de tardes de películas en el desaparecido Cine Elizondo.

NO IMAGINA VIVIR EN OTRA PARTE

Rodolfo Villarreal · 80 años

Nació en una casa de muros de sillar y techo de vigas en la calle Guillermo Prieto del Barrio Antiguo.

"Normalmente los pequeños jugábamos en la calle porque raras veces pasaba un automóvil, y ahora estamos invadidos de automóviles", comenta Rodolfo Villarreal, de 80 años de edad.

El hombre todavía habita esa casa, herencia de sus abuelos.

"Era cada casa una familia, y en las esquinas era, lo que comúnmente había en cada Barrio, los comercios o tendajos", recuerda.

Se casó con María Magdalena Medellín, con quien aún comparte sus días y el amor a sus tres hijos.

Otra parte de su vida la ha entregado a la UANL, donde tiene 59 años trabajando, de los cuales 35 fue maestro de tiempo completo.

A los 53 años se jubiló, pero continúa trabajando en el área operativa de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, a donde se traslada en metro y camión.

"Yo seguí trabajando normalmente. Claro, la paga es muy distinta, es muy reducida, pero hay", dice.

Pese a que el Barrio Antiguo ha sido invadido por comercios u oficinas, Rodolfo y su familia no imaginan su vida fuera del Primer Cuadro.

"No podríamos irnos a una colonia, de nada nos serviría porque nos quedaría todo muy lejos, para nosotros estar aquí es lo ideal porque tenemos el centro caminando", expresa.

"Es una casa antigua, arreglada, que no está al 100 por ciento, pero es más o menos habitable".

TODA UNA VIDA DE TRABAJO

María de la Vega · 103 años

En 1940 María de la Vega Prieto llegó a vivir a la calle Miguel Nieto, entre Aramberri y Modesto Arreola, en el Centro de la Ciudad.

"Estaba terrible, no estaba pavimentado y había tejabanes", platica De la Vega, quien hoy tiene 103 años de edad.

"La única calle pavimentada era Aramberri, que daba para los panteones, y aquí estaba sin pavimentar, pasaba un arroyito y cuando llovía se inundaba todo, para salir nos poníamos chanclas", recuerda la sobrina del célebre político nuevoleonés Ignacio Morones Prieto.

Compartía su casa con su esposo, Alfonso Delgado, y sus dos hijas.

En 1972, al morir su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR